martes, 8 de septiembre de 2009

Migajas de Amor

¿Por qué te conformas con migajas de amor? Si eres capaz de darlo todo, ¿No crees que es injusto el que trabajes y te esfuerces por lograr una meta que te hace feliz, que te brinda satisfacción y que recibas un salario mínimo?

¿Por qué, te enfrentas en perseguir o reunir miles de migajas e intentar pegarlas para crear un corazón? El amor no es un rompe cabezas, no es un juego, no es algo que deseas hoy y se te olvida mañana. ¿Por qué nos conformamos con un beso o con que nos vean con el supuesto amor ideal? Y sentirse atrapado en una cárcel a oscuras.

¿Tú mereces esas migajas? Enserio, eso opinas, ¿Qué crees si recibes lo mismo que tu obsequias o piensas que no vale la pena?. ¿Cual es tu razonamiento? Por ciertos días al mes esconde tu corazón en una bolsa negra y piensa, elige que es tu futuro, que necesitas, por que luchas, que te mereces. ¿Por qué pensamos que el amor es sufrir eternamente? Y no descansar entre nubes, despertando bajo la cobija de todos los sueños anhelados ¿Por qué?

¿Por qué somos capaces de aconsejar a otros y no salimos de nuestros problemas que son aun más fuertes que los nuestros? Ni el amor ni la vida son cuentos de hadas, ni son historias que en el futuro debemos reírnos, a menos que tomemos nuestra historia como algo real y dejemos de pensar en amores de novelas.

Podemos vivir, sin amor, no amar es mucho más que compartir un sentimiento o una cama. Todos debemos amar para sencillamente ayudar a los demás en todo el sentido de la palabra y aumentar esa paciencia para retomar las casualidades de la vida y pasarles por encima para seguir adelante.

El cielo no se nos va a caer encima si no nos enamoramos, si no seguimos la cultura de reproducirnos o no aceptar el matrimonio. El mundo seguirá igual a menos que desees obtener lo que realmente te mereces, así tu mundo cambiara y recibirás lo que por siempre haz luchado, al menos que opines que no vales nada o deseas ser manipulada por amor, ser pieza frágil de un anaquel de figuras hueca solo de colección. No se, que pensaras, pero nadie merece sentirse así.

Autoevalúate, ámate, deja de mentirte y de hacerle creer al mundo que estas bien.

Autor: Víctor Rodríguez

viernes, 7 de agosto de 2009

¿Dónde quedó la ética docente?

La Ética surge en el interior de la persona, como resultado de su propia reflexión y su propia elección. Cuando deciden entrar a la carrera de Educación se emprende un viaje dentro de ellos mismos y comienzan a reflexionar por qué verdaderamente decidieron ese camino, pero no es hasta que están en un salón de clases lleno de alumnos se dan cuenta si realmente tienen la vocación para esta profesión.

Es importante resaltar que muchas de las personas dicen “… Yo estudio educación porque es la carrera más fácil…” En esa frase totalmente errónea se pueden dan cuenta que esa persona así esté 5 años completos en una universidad, reciba su título y esté en un aula impartiendo clases, jamás podrá tener la ética necesaria para esta profesión, no hubo una real reflexión interna sobre su elección.

¿A qué se pudo deber esto?

Existen razones como la falta de valores en el hogar, se le suma la excesiva presión social por poseer una profesión, la necesidad de tenerla por la vía más rápida, lo cual con el tiempo ha ido debilitando la finalidad de la educación. De ahí vienen los problemas, situaciones difíciles, vemos maestros totalmente apáticos a sus alumnos, aquellos llenando y vaciando como si fuesen muñecos inflables, observamos aquel maestro que consume alcohol delante del alumno, aquel que mientras en el aula dice “fumar es malo” lo hace en los recesos u horas de descanso dentro del plantel, en fin, numerosas situaciones en las cuales vemos el deterioro de los principios éticos del docente de hoy en día.

Educar significa lograr que el alumno haga por sí mismo, lo que debe hacer, la educación dicta cómo el maestro debe proceder con el educando a fin de lograr su autonomía y la toma de responsabilidad por parte de éste.

La formación de un docente nunca termina, año tras años adquieren nuevos aprendizajes.

Descartes dijo una vez: Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender”.